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 La vida de Hudson Taylor

Puede decirse que el testimonio de la vida de Hudson Taylor es que la consagración es siempre el resultado de una conversión poderosa, y que es el secreto de una vida que adquiere poder en la oración y en la fe. Enviado como misionero a la China, un país casi cerrado al evangelio, es un ejemplo de lo que Dios puede hacer con un joven que se entrega totalmente para vivir por fe en Dios y hacer su voluntad. Hudson Taylor derramó su alma en oración para llevar el mensaje de las buenas nuevas a las inhóspitas y peligrosas regiones del interior de la China. En 1860 regresó muy enfermo a Inglaterra, pero su corazón continuaba en aquel país asiático. Cuando China abrió sus puertas, él no encontró apoyo de las organizaciones misioneras para proseguir su labor, así que bajo la dirección del Espíritu Santo, fundó en 1865 la “Misión del Interior de la China”, que para 1895 contaba ya con 641 misioneros distribuidos en el interior de ese país.

Pocos hombres han sido un instrumento de una magnitud tan grande para proclamar el evangelio. La historia de su vida demuestra que la única forma de alcanzar la realización de nuestros más íntimos deseos, es una relación profunda y genuina con Cristo. Consecuentemente, cualquier cosa que nos impida caminar como lo hizo Hudson Taylor, debe ser apartada de nuestro camino; principalmente el amor propio, nuestro tan amado ego y todos nuestros más apreciados tesoros.